La pielografía intravenosa, también denominada urografía intravenosa, es una serie de rayos X de diagnóstico de los riñones, uréteres y vejiga. Cuando se inyecta una tinte de contraste por vía intravenosa (IV), el tracto urinario, que no se ve en los rayos X regulares, se ve muy claramente. Una pielografía intravenosa puede realizarse por muchas razones, incluyendo las siguientes:
A media que el colorante de contraste ingresa y atraviesa los riñones, los uréteres y la vejiga, se toman radiografías a intervalos cortos para capturar su movimiento. Una demora en el movimiento del colorante de contraste a través del sistema urinario puede indicar una obstrucción (bloqueo) en el flujo sanguíneo del riñón o una función renal deficiente.
Un radiólogo puede evaluar la función y detectar anomalías del sistema urinario. Habitualmente, esta es una de las primeras pruebas que se indica en caso de sospecharse la existencia de una enfermedad renal o del tracto urinario.
Las radiografías utilizan rayos de energía electromagnética invisible para obtener imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa radiográfica o medios digitales. Los rayos X se realizan utilizando radiación externa para producir imágenes del cuerpo, sus órganos y otras estructuras internas con fines de diagnóstico. Los rayos X pasan a través de las estructuras del cuerpo hasta unas placas especialmente tratadas (parecidas a una película fotográfica) o medios digitales y se hace una foto tipo "negativo" (cuanto más sólida es la estructura, más blanca aparece en la placa).
Puede realizarse una pielografía intravenosa (IVP) al mismo tiempo que una tomografía computarizada de los riñones (también llamada nefrotomografía). Esta prueba, como la pielografía intravenosa, se realiza después de inyectar el colorante de contraste, pero a diferencia de una radiografía estándar proporciona imágenes de capas o “rebanadas” del riñón.
A medida que se desarrollan tecnologías más modernas, a menudo se utilizan otros procedimientos, tales como la tomografía computarizada, MRI, y la ultrasonografía (ondas sonoras de alta frecuencia) en lugar del pielograma intravenoso (IVP).
Las pielografías intravenosas normalmente se realizan de forma ambulatoria, aunque pueden ser parte del cuidado hospitalario. Se le puede pedir al paciente que tome un laxante para limpiar el intestino antes del examen.
Aunque cada centro puede tener protocolos específicos, normalmente el procedimiento de una pielografía intravenosa sigue este proceso:
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