La enfermedad de Parkinson (su sigla en inglés es PD), también llamada simplemente Parkinson, es la forma más frecuente de parkinsonismo, un grupo de trastornos del sistema motor. Es una enfermedad degenerativa que va progresando lentamente y cuyos síntomas, que son el resultado de una pérdida de las células encefálicas productoras de dopamina, suelen ser los siguientes:
La dopamina es una sustancia producida en el cuerpo, que tiene varios efectos, incluyendo el movimiento muscular suave y coordinado.
Se cree incorrectamente que la enfermedad de Parkinson desapareció después de la introducción de la levodopa (L-dopa) en la década de los sesenta. De hecho, cada año se les diagnostica la enfermedad de Parkinson unos 40.000 estadounidenses y este trastorno afecta a más de 1 millónes de estadounidenses a la vez. Además, el número de personas que sufren la enfermedad de Parkinson es mayor que el número de pacientes que tienen esclerosis múltiple, distrofia muscular y esclerosis lateral amiotrófica juntos.
La causa específica de la PD es desconocida; sin embargo, los expertos creen que los síntomas están relacionados con un desequilibrio químico en el encéfalo debido a la muerte de las células encefálicas. La enfermedad de Parkinson es crónica (dura mucho tiempo) y progresiva (los síntomas van empeorando).
Aunque la enfermedad puede afectar a personas jóvenes (incluso los adolescentes), los pacientes, por lo general, son personas de edad mediana. No es contagiosa, ni es probable que pase de una generación a otra.
El principal factor de riesgo para el desarrollo del Mal de Parkinson (PD, por sus siglas en inglés) es la edad avanzada. La edad promedio para el inicio de la Enfermedad de Parkinson es de 60 años. Además, de acuerdo con el National Institute of Neurological Disorders and Stroke (Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares), se ven afectados un 50% más de hombres que de mujeres. Sin embargo, el motivo por el cual sucede esto no se conoce con certeza.
Los antecedentes familiares constituyen otro factor de riesgo importante. Las personas con uno de los padres o un hermano afectado tienen aproximadamente el doble de probabilidades de desarrollar PD. Este aumento en el riesgo se debe a la combinación de factores ambientales y genéticos.
En la actualidad se están estudiando las causas ambientales, y los significativos hallazgos demuestran que el PD está relacionado con la vida rural, la ingesta de agua de pozo y la exposición a los pesticidas y herbicidas agrícolas. Sin embargo, es importante recordar que estos factores no garantizan el desarrollo del PD, ni que su ausencia sea preventiva. Tener uno o más familiares cercanos con Enfermedad de Parkinson aumenta el riesgo de tener la enfermedad; no obstante, a menos que exista una mutación genética conocida de esta enfermedad, el aumento del riesgo es sólo de entre el 2 y el 5 por ciento.
Los investigadores creen que, en la mayoría de las personas, la causa del PD es una combinación de factores genéticos y exposición ambiental.
La enfermedad de Parkinson también recibe los nombres de parkinsonismo primario o enfermedad de Parkinson idiopática ("idiopático" es el término que se utiliza para describir a un trastorno cuya causa aún no se ha identificado).
En las demás formas de parkinsonismo, o bien la causa se sabe o se sospecha, o bien el trastorno se produce como efecto secundario de otro trastorno neurológico primario que puede tener tanto síntomas primarios como síntomas secundarios de la enfermedad de Parkinson. Entre dichos trastornos, llamados síndrome parkinsoniano, parkinson atípico o simplemente parkinsonismo, se pueden incluir los siguientes:
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, cada persona puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson son distintos en cada paciente. Pueden aparecer lentamente y sin ningún orden en particular. Los primeros síntomas pueden ser leves e ir progresando a lo largo de muchos años antes de llegar a un punto en el que afecten a las actividades cotidianas.
Los cuatro síntomas principales del PD se enumeran más adelante. Los otros síntomas se dividen en motores (relacionados con el movimiento) y no motores.
A medida que progresa, la enfermedad puede afectar a la marcha, haciendo que el paciente se pare en medio de un paso o se quede "paralizado" en un lugar, o incluso que se caiga. Los pacientes también pueden empezar a caminar con una serie de pasos rápidos y cortos, como si intentasen caminar deprisa e inclinarse hacia delante para mantener el equilibrio; esta forma de caminar se llama festinación.
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Consulte siempre a su médico para obtener un diagnóstico.
Puede ser difícil brindar un diagnóstico acertado en las etapas iniciales de la enfermedad de Parkinson, ya que los signos y síntomas iniciales se pueden considerar como indicios de otros trastornos o los efectos del envejecimiento normal. Por este motivo, podría ser necesaria la observación del paciente durante un tiempo hasta que la presencia de los síntomas sea constante.
En la actualidad no existen análisis de sangre o de laboratorio que sean útiles para diagnosticar la Enfermedad de Parkinson. El diagnóstico de se basa, principalmente, en el historial médico y el examen neurológico minucioso. Se pueden realizar gammagrafías cerebrales y/o análisis de laboratorio para descartar otras enfermedades o trastornos pero, generalmente, las gammagrafías cerebrales resultarán normales en pacientes con Enfermedad de Parkinson.
Métodos para contribuir con el diagnóstico del PD incluyen:
El tratamiento específico de la enfermedad de Parkinson será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
En la medicina actual no existe aún una cura para la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, basándose en la gravedad de los síntomas y el perfil de la enfermedad, el médico establecerá un protocolo de tratamiento adecuado. El tratamiento de la enfermedad de Parkinson puede incluir lo siguiente:
Una vez que se ha diagnosticado el Parkinson hay que decidir si el paciente debe tomar medicación; tal decisión depende de lo siguiente:
Los pacientes no reaccionan todos por igual ante un determinado medicamento, por lo que se requieren tiempo y paciencia para encontrar los medicamentos y las dosis adecuadas para aliviar los síntomas.
Basándose en la gravedad de la condición y en su perfil, el médico puede recomendar una operación quirúrgica como una opción de tratamiento para la enfermedad de Parkinson.
Se pueden realizar varios tipos de cirugías para ayudar a los pacientes que tienen Parkinson. La mayor parte de las veces el objetivo del tratamiento consiste en reducir los temblores o la rigidez que produce la enfermedad. En algunos pacientes, la cirugía puede reducir la cantidad de medicamentos necesarios para controlar los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Existen tres tipos de cirugías que se pueden realizar para tratar la enfermedad de Parkinson:
Es importante tener presente que la cirugía puede aliviar los síntomas del Parkinson, pero no cura la enfermedad ni evita su progresión.
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