(Trasplante de corazón, trasplante cardíaco)
El trasplante de corazón es un procedimiento quirúrgico que se realiza para extraer el corazón enfermo de un paciente y reemplazarlo por uno sano, proveniente de un donante del órgano. Para poder extraer el corazón del donante, al menos dos médicos deben declarar la muerte cerebral de dicho donante.
Antes de que una persona pueda ingresar en una lista de espera para trasplante de corazón, un médico debe determinar que no existe ninguna otra opción terapéutica disponible para la insuficiencia cardíaca de esa persona.
El corazón es el músculo del cuerpo humano que más trabaja. Ubicado casi en el centro del tórax, el corazón de un humano adulto tiene aproximadamente el tamaño de dos puños puestos uno junto al otro.
A una frecuencia promedio de 80 veces por minuto, el corazón late aproximadamente 115.000 veces por día o 42 millones de veces por año. En una vida promedio, el corazón latirá más de 3 mil millones de veces, es decir que bombeará una cantidad de sangre que equivale a alrededor de 1 millón de barriles. Incluso durante el reposo, el corazón trabaja arduamente de manera continua.
El sistema cardiovascular, compuesto por el corazón y los vasos sanguíneos, es responsable de la circulación de la sangre por todo el cuerpo para proporcionarle oxígeno y nutrientes.
El corazón es el músculo que bombea sangre llena de oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo, a través de los vasos sanguíneos. Está compuesto por:
El trasplante de corazón se realiza para reemplazar un corazón deficiente que no puede ser tratado adecuadamente por otros medios.
La insuficiencia cardíaca terminal es una enfermedad en la que el músculo cardíaco presenta una falla grave en su intento por bombear sangre por el cuerpo, y en la que todos los demás tratamientos disponibles ya no ayudan a mejorar el funcionamiento del corazón. La insuficiencia cardíaca terminal es la etapa final de la insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca, también denominada insuficiencia cardíaca congestiva, o CHF, es una afección que se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente cantidad de sangre. A pesar de su nombre, un diagnóstico de insuficiencia cardíaca NO significa que el corazón esté a punto de dejar de latir. El término "insuficiencia" hace referencia al hecho de que el músculo cardíaco no bombea la sangre de manera normal porque se ha debilitado.
Algunas de las causas de la insuficiencia cardíaca congestiva, o debilitamiento del músculo cardíaco, son, entre otras, las siguientes:
El médico también puede recomendar un trasplante de corazón por otros motivos.
Al igual que con cualquier cirugía, pueden surgir complicaciones. Los potenciales riesgos asociados con el trasplante de corazón pueden incluir, entre otros, los siguientes:
Es posible que se rechace el corazón nuevo. El rechazo es una reacción normal del cuerpo a un objeto o tejido extraño. Cuando se trasplanta un corazón nuevo en el cuerpo del receptor, el sistema inmunitario reacciona ante lo que percibe como amenaza y ataca al nuevo órgano, sin darse cuenta de que el corazón trasplantado es beneficioso. Para permitir que el órgano trasplantado sobreviva en un cuerpo nuevo, se deben administrar medicamentos para engañar al sistema inmunitario a que acepte el trasplante y no atacarlo como un objeto extraño.
Los medicamentos usados para tratar o prevenir el rechazo tienen efectos colaterales. Los efectos colaterales exactos dependerán de los medicamentos específicos que se tomen.
Algunas contraindicaciones posibles para el trasplante de corazón pueden incluir, entre otras, las siguientes:
Es posible que existan otros riesgos, dependiendo de su estado clínico específico. Recuerde consultar todas sus dudas con su médico antes del procedimiento.
Debido a la amplia variedad de información requerida para determinar la elegibilidad para el trasplante, un equipo de trasplante lleva a cabo el proceso de evaluación. El equipo incluye un cirujano de trasplante, un cardiólogo (médico que se especializa en el tratamiento del corazón) de trasplante, una o más enfermeras de trasplante, un trabajador social y un psiquiatra o psicólogo. Otros miembros que se pueden incluir al equipo son un nutricionista, un capellán y/o un anestesiólogo.
Los componentes del proceso de evaluación para el trasplante incluyen, entre otros, los siguientes:
El equipo de trasplante considerará toda la información de las entrevistas, su historial médico, el examen físico y las pruebas de diagnóstico para determinar si cumple con las condiciones exigidas para un trasplante de corazón.
Una vez que haya sido aceptado como candidato para el trasplante, lo colocarán en la lista de espera de la Red Internacional de Distribución de Órganos (United Network for Organ Sharing, UNOS). Cuando haya un órgano donado disponible, se seleccionarán los receptores del corazón según la gravedad del cuadro y el grupo sanguíneo. Se le avisará y deberá presentarse en el hospital inmediatamente para que pueda recibir la preparación adecuada para el trasplante.
Los siguientes pasos precederán al trasplante:
El trasplante de corazón requiere la internación en un hospital. Los procedimientos pueden variar en función de su estado y las prácticas de su médico.
Por lo general, el trasplante de corazón sigue este proceso:
Después de la cirugía, es posible que lo lleven a la sala de recuperación antes de trasladarlo a la unidad de cuidados intensivos (UCI) para que lo vigilen de cerca durante varios días. Alternativamente, pueden llevarlo directamente a la UCI desde la sala de operaciones. Estará conectado a monitores en los que se mostrarán constantemente el trazado del electrocardiograma (ECG), la presión arterial y otras lecturas de presión, frecuencia respiratoria y nivel de oxígeno. Una cirugía de trasplante de corazón requiere que permanezca en el hospital entre siete a 14 días o más tiempo.
Tendrá colocado un tubo en la garganta para que un respirador lo ayude a respirar hasta que esté lo suficientemente estable para respirar por sí solo. El tubo respiratorio puede permanecer colocado unas pocas horas o varios días, según cuál sea su estado.
Es posible que se le introduzca por la nariz una sonda plástica delgada hasta el estómago, para eliminar el aire que trague. Cuando los intestinos comiencen a funcionar normalmente, se le quitará la sonda. No podrá comer ni beber hasta que le quiten la sonda.
Se tomarán muestras de sangre frecuentemente, para controlar el estado del corazón nuevo, así como también las demás funciones del cuerpo tales como los pulmones, los riñones, el hígado y el aparato circulatorio.
Es posible que tenga goteos intravenosos especiales para ayudar a la presión arterial y al corazón, y para controlar cualquier problema con el sangrado. Cuando se estabilice, estos goteos se reducirán gradualmente y se interrumpirán en la medida en que su estado lo permita.
Después de extraerle el tubo respiratorio, la enfermera lo ayudará a toser y a respirar profundamente cada dos horas. Esto será incómodo debido al dolor, pero es muy importante que lo haga para evitar que se acumule mucosidad en los pulmones, lo cual podría provocar una neumonía.
En caso de ser necesario, es posible que una enfermera le administre medicamentos contra el dolor, o puede tomarlos usted mismo mediante un dispositivo conectado a su vía intravenosa.
Una vez que le hayan quitado los tubos de respiración y del estómago, y que se haya estabilizado, podrá comenzar a tomar líquidos. Su dieta cambiará gradualmente de líquidos a alimentos más sólidos, a medida que los tolere.
Se controlarán atentamente los medicamentos inmunodepresores (contra el rechazo) para asegurarse que reciba la dosis óptima y la mejor combinación de medicamentos.
Las enfermeras, terapeutas de respiración y fisioterapeutas trabajarán con usted cuando comience la fisioterapia y los ejercicios respiratorios.
Cuando su médico decida que está listo, será trasladado de la unidad de cuidados intensivos a una habitación privada en una unidad posquirúrgica o unidad de trasplante. Usted continuará recuperándose. Aumentará su actividad gradualmente a medida que se levanta de la cama y camina durante períodos más prolongados. Su dieta se cambiará a alimentos sólidos, según los tolere.
Los enfermeros, farmacéuticos, dietistas, fisioterapeutas y otros miembros del equipo de trasplante le enseñarán cómo debe cuidarse una vez que se le dé el alta hospitalaria.
Una vez que esté en su hogar, será importante que mantenga la zona de la cirugía limpia y seca. El médico le dará indicaciones precisas acerca de cómo bañarse. Se le retirarán los puntos o las grapas quirúrgicas durante una consulta de seguimiento, si no se retiraron antes de que dejara el hospital.
No podrá conducir un automóvil hasta que su médico se lo permita. Pueden aplicarse otras restricciones de actividades.
Se programarán visitas de seguimiento frecuentes después de salir del hospital. Estas consultas puede incluir análisis de sangre, radiografías de tórax y biopsia (extracción de tejido del corazón para examinarlo en un microscopio). El equipo de trasplante le explicará el cronograma de estas pruebas. El programa de rehabilitación continuará durante varios meses.
Avísele al médico si tiene cualquiera de los siguientes síntomas:
Es posible que su médico le brinde instrucciones adicionales o alternativas después del procedimiento, en función de su situación específica.
Para permitir que el corazón trasplantado sobreviva en su cuerpo, usted recibirá medicamentos durante el resto de su vida para evitar el rechazo. Cada persona puede reaccionar en forma diferente a los medicamentos, y cada equipo de trasplante tiene preferencias por distintos medicamentos. Entre los medicamentos más utilizados contra el rechazo se incluyen los siguientes:
Continuamente se están aprobando nuevos medicamentos antirechazo. Los médicos determinan los regímenes de medicamentos para satisfacer las necesidades de cada paciente.
Al principio, se suelen administrar varios medicamentos contra el rechazo. Las dosis de estos medicamentos pueden cambiar con frecuencia, según su reacción. Debido a que los medicamentos contra el rechazo afectan al sistema inmunitario, las personas que reciben un trasplante tendrán un mayor riesgo de infecciones. Deberá mantenerse el equilibrio entre la prevención del rechazo y su sensibilidad aumentada a las infecciones.
Entre las que más pueden llegar a afectarlo se incluyen las infecciones micóticas orales (aftas), el herpes y los virus respiratorios. Durante los primeros meses después de la cirugía, debe evitar el contacto con mucha gente y con personas que tengan una infección.
A continuación se enumeran algunos de los síntomas más comunes de rechazo. Sin embargo, cada persona puede experimentar síntomas diferentes. Los síntomas pueden incluir:
Los síntomas de rechazo pueden parecerse a los de otras afecciones o problemas médicos. Consulte a su equipo de trasplante por cualquier preocupación que pueda tener. Es esencial realizar visitas frecuentes y mantenerse en contacto con el equipo de trasplante.
El contenido proveído aquí tiene un propósito informativo únicamente, y no está diseñado para diagnosticar o tratar un problema de salud o una enfermedad ni reemplazar el consejo médico que usted reciba de su médico. Por favor, consulte a su médico para aclarar cualquier pregunta o preocupación que usted pueda tener acerca del trastorno que padece.
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American College of Cardiology (Colegio Americano de la Cardiología)
American College of Chest Physicians (Universidad Americana de Médicos del Pecho)
National Institutes of Health (NIH) (Institutos Nacionales de la Salud)
National Library of Medicine (Biblioteca Nacional de Medicina)
United Network for Organ Sharing (Red Internacional de Distribución de órganos)