La enfermedad de las arterias carótidas, también conocida como estenosis de la arteria carótida, se presenta cuando se produce el estrechamiento de las arterias carótidas, los vasos sanguíneos principales que transportan sangre oxigenada al cerebro. El estrechamiento de las arterias carótidas se relaciona con más frecuencia con la aterosclerosis (formación de placa, un depósito de sustancias grasas, colesterol, productos de desecho de las células, calcio y fibrina en la pared interna de una arteria). La aterosclerosis, o "endurecimiento de las arterias", es una enfermedad vascular (enfermedad de las arterias). La enfermedad de las arterias carótidas es similar a la enfermedad coronaria, caracterizada por obstrucciones en las arterias del corazón que pueden ocasionar ataque cardíaco.
Para comprender mejor cómo afecta la enfermedad de las arterias carótidas al cerebro, proporcionamos a continuación una descripción básica de la anatomía del aparato circulatorio del cerebro.
El principal suministro de sangre al cerebro se realiza a través de las arterias carótidas. Las arterias carótidas son ramas de la aorta (la arteria más grande en el cuerpo) a una corta distancia del corazón y se extienden hacia arriba a través del cuello transportando sangre rica en oxígeno al cerebro.
Las arterias carótidas son cuatro: las arterias carótidas internas, derecha e izquierda, y las arterias carótidas externas, derecha e izquierda. Se encuentra un par (externa e interna) a cada lado del cuello. Al igual que el pulso se puede sentir en las muñecas, también se puede sentir a cada lado del cuello sobre las arterias carótidas.
Dado que las arterias carótidas transportan sangre al cerebro, la enfermedad de las arterias carótidas puede ocasionar consecuencias graves por la reducción del flujo de oxígeno y de nutrientes al cerebro. Para poder funcionar, el cerebro necesita un suministro constante de oxígeno y nutrientes. La interrupción de la irrigación, aunque breve, puede causar problemas. Sin sangre u oxígeno, las células cerebrales comienzan a morir en pocos minutos. Si el estrechamiento de las arterias carótidas se agrava lo suficiente como para bloquear el flujo sanguíneo o una parte de la placa aterosclerótica se rompe y obstruye el flujo sanguíneo al cerebro, puede desencadenarse un accidente cerebrovascular.
La aterosclerosis es la causa más frecuente de la enfermedad de las arterias carótidas. Se desconoce con exactitud la forma en que comienza a desarrollarse la aterosclerosis o sus causas. La aterosclerosis es una enfermedad vascular lenta y progresiva que podría comenzar incluso en la niñez. Sin embargo, la enfermedad tiene el potencial de avanzar rápidamente. En general, se caracteriza por la acumulación de depósitos grasos en la capa más interna de las arterias. Si el proceso de la enfermedad avanza, se puede formar la placa. La placa está formada por depósitos de células musculares lisas, sustancias grasas, colesterol, calcio y productos de desechos de las células. Este engrosamiento estrecha las arterias y puede disminuir el flujo sanguíneo al cerebro u obstruirlo completamente.
Se considera que la aterosclerosis desempeña un papel importante en el desarrollo de la enfermedad de las arterias carótidas. Entre los factores de riesgo asociados a la aterosclerosis se incluyen:
Un factor de riesgo es todo aquello que puede aumentar la probabilidad que tiene una persona de desarrollar una enfermedad. Puede ser una actividad como fumar, la alimentación, los antecedentes familiares o muchas otras cosas. Las distintas enfermedades tienen factores de riesgo diferentes.
Si bien estos factores pueden exponer a una persona a un riesgo mayor, no son necesariamente la causa de la enfermedad. Algunas personas con uno o más factores de riesgo nunca desarrollan la enfermedad, mientras que otros desarrollan la enfermedad y no tienen factores de riesgo conocidos. Pero conocer sus factores de riesgo de cualquier enfermedad puede orientarlo para adoptar las medidas apropiadas, que podrían incluir un cambio de conducta y recibir un control clínico para la enfermedad.
La enfermedad de las arterias carótidas puede ser asintomática (sin síntomas) o sintomática (con síntomas). La enfermedad carótida asintomática es la presencia de una cantidad significativa de formación aterosclerótica sin obstrucción suficiente del flujo sanguíneo como para ocasionar síntomas. La enfermedad de las arterias carótidas sintomática puede originar accidente isquémico transitorio (TIA) y accidente cerebrovascular (ataque cerebral).
Un accidente isquémico transitorio (TIA) es una pérdida repentina o temporal del flujo sanguíneo a un área del cerebro, generalmente dura menos de 5 minutos y no más de 24 horas, con recuperación completa. Los síntomas de un TIA pueden incluir, aunque no de forma excluyente:
El TIA puede relacionarse con estrechamiento u obstrucción grave, o puede provenir de la ruptura de pequeñas partes de una formación de placa aterosclerótica que se desplazan por el flujo sanguíneo y se hospedan en pequeños vasos sanguíneos del cerebro. No es común que un TIA ocasione daño cerebral permanente.
Solicite asistencia médica inmediatamente si sospecha que una persona tiene un accidente isquémico transitorio, ya que los TIA pueden ser una señal de accidente cerebrovascular inminente. Sin embargo, no todos los accidentes cerebrovasculares están precedidos de un TIA.
El accidente cerebrovascular es otro indicador de enfermedad de las arterias carótidas. Los síntomas de un accidente cerebrovascular son los mismos que los de un TIA. Un accidente cerebrovascular es la pérdida del flujo sanguíneo (isquemia) al cerebro que continúa lo suficiente para ocasionar daño cerebral permanente. Sin sangre u oxígeno, las células cerebrales comienzan a morir en pocos minutos. El área de células muertas en los tejidos se denomina infarto.
La discapacidad física o mental resultante dependerá del área del cerebro afectada por la pérdida de flujo sanguíneo. La discapacidad puede incluir el deterioro en la capacidad de movimiento, del habla, del pensamiento y de la memoria, la función intestinal o urinaria, el control emocional y otras funciones vitales del organismo. La recuperación de la capacidad específica afectada depende del tamaño y del lugar del accidente cerebrovascular. Un accidente cerebrovascular leve puede causar tan sólo problemas menores, como debilidad en un brazo o una pierna. Los accidentes cerebrovasculares más graves pueden causar parálisis, pérdida del habla o incluso la muerte.
Los síntomas de la enfermedad de las arterias carótidas pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas médicos. Consulte siempre a su médico para obtener un diagnóstico.
Además del examen físico y la historia clínica completa, los procedimientos para diagnosticar la enfermedad de las arterias carótidas pueden incluir uno o más de los siguientes:
El tratamiento específico para la enfermedad de las arterias carótidas será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
La enfermedad de las arterias carótidas (sintomática o asintomática) en la que el estrechamiento de la arteria carótida es menor al 50% generalmente requiere tratamiento médico. La enfermedad asintomática con menos del 70% de estrechamiento también puede requerir tratamiento médico, según la situación individual.
El tratamiento médico para la enfermedad de las arterias carótidas puede incluir:
En las personas con un estrechamiento de la arteria carótida mayor al 50% hasta el 69%, se puede recomendar un tratamiento más intensivo, particularmente en personas con síntomas. El tratamiento quirúrgico disminuye el riesgo de accidente cerebrovascular después de síntomas como un TIA o un accidente cerebrovascular menor, especialmente en personas con una oclusión (bloqueo) de más del 70%, para quienes la cirugía es una opción recomendada.
El tratamiento quirúrgico de la enfermedad de las arterias carótidas incluye:
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